Y Khalil Gibran vuelve a este blog con otra gran declaración de principios.
NO ME INTERESA
No
me interesa cómo te ganas la vida. Quiero saber lo que
ansías, y si te atreves a soñar y alcanzar lo que tu corazón anhela.
No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
No me interesa qué planetas cuadran con tu Luna. Quiero saber si has llegado al centro de tu propia tristeza, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has marchitado y cerrado por miedo a sufrir.
Quiero saber si puedes vivir con el dolor, el mío o el tuyo, sin tratar de disimularlo, de atenuarlo o esconderlo.
Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con frenesí, dejar que éxtasis te llegue a la punta de los dedos de los pies y de las manos sin que tu prudencia te llame a ser cuidadoso, a ser realista, a recordar las limitaciones de nuestra condición humana.
No me interesara si lo que me cuentas es cierto. Quiero saber si puedes decepcionar a otra persona para serte fiel a ti mismo, si podrías soportar la acusación de traición para no traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ver la belleza, aun cuando no se muestre como agradable, cada día, y si puedes hacer que tu propia vida surja de su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo y el mío, y de pie en la orilla del lago gritarle a la plateada forma de la luna llena: "¡Sí!".
No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de desesperanza, agotado y magullado hasta los huesos, y hacer lo que sea necesario para alimentar a tus hijos.
No me interesa saber a quién conoces ni cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego conmigo.
No me interesa saber ni dónde ni cómo ni con quién estudiaste. Quiero saber lo que te sostiene, desde el interior, cuando todo lo demás se derrumba.
Quiero saber si puedes quedarte a solas contigo mismo, y si de verdad aprecias tu propia compañía en los momentos de vacío.
No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
No me interesa qué planetas cuadran con tu Luna. Quiero saber si has llegado al centro de tu propia tristeza, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has marchitado y cerrado por miedo a sufrir.
Quiero saber si puedes vivir con el dolor, el mío o el tuyo, sin tratar de disimularlo, de atenuarlo o esconderlo.
Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con frenesí, dejar que éxtasis te llegue a la punta de los dedos de los pies y de las manos sin que tu prudencia te llame a ser cuidadoso, a ser realista, a recordar las limitaciones de nuestra condición humana.
No me interesara si lo que me cuentas es cierto. Quiero saber si puedes decepcionar a otra persona para serte fiel a ti mismo, si podrías soportar la acusación de traición para no traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ver la belleza, aun cuando no se muestre como agradable, cada día, y si puedes hacer que tu propia vida surja de su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo y el mío, y de pie en la orilla del lago gritarle a la plateada forma de la luna llena: "¡Sí!".
No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de desesperanza, agotado y magullado hasta los huesos, y hacer lo que sea necesario para alimentar a tus hijos.
No me interesa saber a quién conoces ni cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego conmigo.
No me interesa saber ni dónde ni cómo ni con quién estudiaste. Quiero saber lo que te sostiene, desde el interior, cuando todo lo demás se derrumba.
Quiero saber si puedes quedarte a solas contigo mismo, y si de verdad aprecias tu propia compañía en los momentos de vacío.